Éled, Alberia.
Odio estar postrada en una cama, me desquicia el no poder hacer nada sin que Helena me advierta las consecuencias. Cuando la semana pasada me pilló escribiendo aquí casi me mata, suerte que hoy la he convencido para que me deje, aunque me ha dicho que no esté mucho tiempo. Bah, lo escribiré todo y luego dejaré que me regañe todo lo que quiera.
Hoy ha llegado mi maestro. Creo que casi se me sale el corazón por la boca cuando al despertarme estaba a mi lado sentado. Estaba... ¿preocupado? Puede, porque lo primero que ha hecho ha sido preguntarme como estaba. Por suerte y tras todos los cuidados que estamos recibiendo por parte de los Sylvain, podríamos decir que estamos perfectamente, hemos mejorado todos bastante. Además, mi maestro no venía solo, y es algo que me ha hecho muy feliz. ¡Axel viene con él! Le echaba muchísimo de menos... No ha cambiado demasiado después de casi dos meses que no nos vemos, le ha crecido un poco más el pelo y está un poco más alto. Maldito pelirrojo... algún día estaré a tu altura... en todos los sentidos.
Mi maestro me ha pedido que le explicase con detalles lo que ocurrió con Ross. No he omitido ningún detalle, ignorando que Cross sea su hermano. Conté las cosas tal y como son, pero la verdad no sé qué ha ocurrido cuando se han encerrado ambos en una de las habitaciones.
Otra buena noticia para el día es que Shou Jin Lao se quedará con nosotros un tiempo. Ha hablado con Eriol y con Helena, y parece que no hay problema en que él y Axel nos hagan compañía. Han accedid gratamente a permitirnos estar allí y entrenar con ellos. Nosotros a cambio deberemos ayudarles al mantenimiento de la casa, que no es nada pequeña y somos muchas personas las que vivimos aquí. No sé cuanto tiempo estaremos así, ni uanto tiempo estaremos juntos. Tampoco sé lo que pasará mañana o dentro de una semana, solo sé que quiero seguir adelante, porque mi maestro traía un mensaje para mí...
Le he pedido si podría hablar con él, pues estaba demasiado inquieta, la duda me oprimía tanto el pecho estos últimos días que apenas podía respirar con normalidad. Pero me ha dicho que no le he decepcionado, que no debo sentirme mal por no haber completado la misión, y que era demasiado complicada incluso para haberla realizado él con éxito, así que no tenía que sentirme mal, esa misión nos venía grande, a todos. También se ha disculpado en cierta manera. Ya sé quien fue quien hace once años intentó asesinarme, mi tío Ryuzaki. Y por ello se disculpa, por habérmelo ocultado, pero fue una petición de mi padre para protegerme. Después me ha dado la carta de Rerea. No he podido evitar llorar mientras la leía. Después de tanto tiempo sin saber nada de ella, ha sido un verdadero alivio leer que está bien. Al parecer lo que Rhoderick dijo era cierto. Papá, Mamá y ella están juntos, y dice que me echa de menos, que me cuide, y que tiene ganas de verme.
Yo también a ti, hermana...
This entry was posted
on martes, 17 de marzo de 2009
at 7:13
and is filed under
Historia
. You can follow any responses to this entry through the
comments feed
.